Abstract
Hace algunos años, tener la posibilidad de realizar pagos o depósitos virtuales de forma inmediata era complejo, ya que se requería del número de cuenta y un código de identificación. Este proceso empeoraba cuando se trataba de un importe menor, por lo que se prefería usar efectivo y, así, la digitalización en el Perú se veía muy lejana del territorio financiero. El Banco de Crédito, en adelante BCP, pudo identificar este punto de dolor y priorizó buscar una solución en su Centro de Innovación. Inicialmente, se enfocó en la población joven adulta que tenía la necesidad de realizar pagos por montos menores de manera recurrente.