Abstract
En la Crisis Financiera Global de 2008, la corrección de una burbuja en el mercado inmobiliario en economías desarrolladas generó problemas de solvencia y un credit crunch, amplificados por fallas en la regulación financiera. La respuesta del Banco Central de Reserva del Perú se enfocó en preservar la efectividad de las acciones de política monetaria y asegurar el correcto funcionamiento de los mercados. Como resultado, se mantuvo la fluidez de la cadena de pagos y del crédito del sistema financiero, promoviendo la rápida recuperación de la actividad económica. Además, se logró la convergencia de la inflación al centro del rango meta en 2009.