Abstract
En el Perú, a pesar de la reducción de la pobreza experimentada durante los últimos diez años, aún existen una serie de tareas por enfrentar para lograr mayor inclusión y reducir la inequidad en la distribución de la riqueza. La falta de acceso a una educación de calidad, la insuficiencia de empleo con condiciones y salarios dignos, y la ineficiente infraestructura de servicios básicos ponen en evidencia la existencia de brechas que limitan el ejercicio de los derechos ciudadanos. Superar estas persistentes estructuras de desigualdad requiere innovación, y para que ella se produzca sistémicamente son fundamentales la sinergia entre la acción pública, la empresarial y la de la sociedad civil.