Abstract
El proceso de descentralización iniciado en 2002 con la elección de los presidentes regionales tuvo como motivación lograr una mayor eficiencia en la provisión de bienes y servicios a la población. Sin embargo, las denuncias por corrupción, la distorsión que ha introducido el canon tanto al interior de los distritos donde se encuentran los yacimientos mineros como entre estos y el resto de circunscripciones, y la baja calidad del gasto realizado por Gobiernos regionales y locales, son hechos que han sido resaltados en los últimos meses. En este contexto, Carlos Casas plantea propuestas para fortalecer las finanzas públicas subnacionales y mejorar la distribución horizontal y vertical de los recursos entre distritos, provincias y departamentos.