Abstract
Se muestra que los cambios tecnológicos sólo pueden ser cabalmente analizados desde un punto de vista económico como una de las modalidades fundamentales de acumulación de capital que posee el sistema capitalista (contrariamente a la generalizada tendencia de los teóricos neoclásicos a considerar ambos fenómenos únicamente como “variables“ distintas y relativamente separadas, como se tiene ocasión de comprobarlo en el presente artículo). En efecto, la acumulación capitalista reposa sobre una base técnica dada; la discontinuidad de los coeficientes técnicos de producción y la apropiación monopolística de la tecnología permiten utilidades extraordinarias a las “grandes empresas“, inscribiéndonos así en la tendencia a la concentración y centralización del capital, tendencia que se refleja en la estructuración oligopolística de los mercados, en donde la demanda juega un rol decisivo en los fenómenos bien conocidos de diferenciación y diversificación, de productos.