“CRIMINALIDAD Y SEGURIDAD CIUDADANA EN EL PERÚ DEL SIGLO XXI” Hacia un Sistema Integrado de Estadísticas de la Criminalidad y Seguridad Ciudadana Trabajo de Investigación presentado para optar al Grado Académico de Magíster en Gestión Pública Presentado por Sr. Víctor Aníbal Sánchez Aguilar Asesor: Dr. José Díaz Ísmodes 2016 Agradezco a mi asesor de tesis, profesor José Díaz Ísmodes, por su apoyo y consejos para el desarrollo de esta propuesta. Asimismo, al INEI, valiosa institución del Estado, que tiene la responsabilidad de la generación y difusión de información estadística en apoyo de la toma de decisiones. Dedico este trabajo a mi madre, Teresa de Jesús, por sus enseñanzas que perseveran. iv Resumen ejecutivo En nuestra sociedad contemporánea, el avance de la criminalidad, la inseguridad ciudadana y la corrupción son para muchos ciudadanos los principales problemas. Esta preocupación colectiva se manifiesta en diversas regiones, países y sociedades en el mundo, particularmente en el Perú, por su creciente manifestación ocasionando graves daños a las personas, hogares, negocios y principalmente a la economía en general. La criminalidad tiene múltiples causas, ya sean sociales, económicas y/o psicológicas, e incide en el deterioro familiar, por la participación de uno de sus componentes en algún delito, en sus diversas modalidades: robo, hurto, estafa, extorsión, asesinato, violencia familiar y sexual. El narcotráfico compromete especialmente a los más jóvenes en la mayoría de los casos sin orientación y sin futuro, afectando el bienestar económico y social, provocando constantemente intranquilidad e impidiendo el crecimiento y desarrollo de los pueblos, de los países, con consecuencias muy dañinas en la población. Por ello, el tema es sustantivo en todas las sociedades, y así lo expresan los diferentes actores públicos y privados, autoridades, investigadores y ciudadanos en general. Frecuentemente abordan el tema en diversos eventos, foros, reuniones, seminarios, donde se discute, expresa y analiza dicha problemática. Se esbozan estrategias para su combate, a veces no tan exitosas, ya que la criminalidad avanza y se enfrenta cara a cara con la legalidad. Resulta ser el mal del siglo XXI, por su alta violencia, tal como se vive en nuestro país. Es también preocupación de otros países de nuestra región. El problema se expresa de diversas maneras y formas en un abanico de posibilidades delictivas, cuya forma más aguda se encarna en la violencia de muerte, en el asesinato de cientos de miles de ciudadanos, sin distinción de grupo, color, raza, ideario o credo. El robo, la estafa y la extorsión, el robo a la vivienda, al negocio, también el feminicidio y la violencia familiar, son partes del problema. El tráfico de drogas, el contrabando y el lavado de activos completan otra parte de una expresión más avanzada del crimen organizado. El objetivo del presente trabajo es proponer, como una buena práctica en la gestión pública, generar un “Sistema Integrado de Estadísticas de la Criminalidad y Seguridad Ciudadana (SIECYSC)”, sub-sistema estadístico de apoyo a las políticas públicas contra el crimen, que permita abordar la multidimensionalidad del problema de la criminalidad, con la consulta en simultáneo de múltiples bases de datos georreferenciadas, que posibilite el conocimiento cabal de la problemática. v En tal sentido, el presente trabajo de investigación tiene como objetivo central, generar un sistema de información integral sobre la criminalidad y seguridad ciudadana a partir de la base de la información existente en el sistema de justicia penal y las estadísticas producidas por el INEI en sus censos y encuestas, como instrumento de lucha contra el crimen y la inseguridad ciudadana. La información es vital, ayuda al ciudadano común y corriente a la previsión y prevención frente a la eventualidad de ser víctima de un delito, ayuda a los negocios a encontrar el equilibrio entre seguridad y costos, y a las familias a tener el desarrollo de una vida normal y sin sobresaltos. Sin información integral, que cubra una multiplicidad de dimensiones y ángulos de análisis, las autoridades no pueden combatir el crimen o prevenirlo, tampoco atacarlo estructuralmente en sus principales determinantes. Por ello, es trascendente el acceso a dicha información, y es necesario implementar procesos para generarla científicamente y si es en un sólo lugar o en un sólo repositorio, mucho mejor. Asimismo, el sistema propuesto incluye la georreferenciación del delito que facilitará la construcción de los mapas delictuales para el análisis de la información de la criminalidad y la seguridad ciudadana, permitiendo, además de mostrar información del hecho delictivo, de la víctima y del victimario, añadir el contexto social: educación, salud, seguridad social, juventud, violencia familiar y contexto vecinal. Es decir, todo aquello que abone en las condiciones de vida de la población, combinando información de la concentración de negocios y su crecimiento, y por supuesto, los avances cuantitativos y cualitativos del delito, como en un supuesto y enorme laboratorio de ingredientes orientados a generar políticas de prevención, combate y tratamiento de la criminalidad en el país. Finalmente, la propuesta de desarrollar un “Sistema Integrado de Estadísticas de la Criminalidad y Seguridad Ciudadana” permitirá establecer una cooperación entre instituciones de la administración pública, sin distinción del nivel de desarrollo tecnológico de estas; utilizar más fácilmente estándares abiertos y aplicaciones tecnológicas de distinta generación. Contar con estadísticas de criminalidad en tiempo real. Tener un marco conceptual común; estandarizar y normalizar el registro de información, la trazabilidad del hecho delictivo, la víctima y victimario y desde luego, adoptar y adaptar la clasificación internacional de delitos con fines estadísticos de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito a través de una tabla de equivalencia con el Código Penal Peruano. Corresponde mejorar la toma de decisiones, la planificación de acciones en la prevención y en las estrategias para una mejor distribución focalizada de los recursos de prevención, combate y tratamiento de la criminalidad en el Perú. vi Índice Índice de tablas………………………………………………………………… ................ viii Índice de gráficos…………………………………………………………… ..................... ix Índice de anexos………………………………………………………………… ............... x Capítulo I. Introducción ..................................................................................................... 1 Capítulo II. El problema de investigación ........................................................................ 4 1. Altos niveles de criminalidad y violencia ........................................................................ 4 1.1 Principales problemas del país ........................................................................................ 4 1.2 Tasa de victimización y percepción de inseguridad ........................................................ 4 1.3 Victimización por tipo de delito ...................................................................................... 6 1.4 Denuncias de delitos registradas en las dependencias policiales .................................... 8 1.5 Tasa de homicidios en el Perú ......................................................................................... 9 2. El problema central: la carencia de un sistema de información integrado, coherente, confiable, actualizado sobre la criminalidad ................................................................... 11 2.1 Ausencia de un sistema integrado de estadísticas ........................................................... 11 2.2 Unidades de los registros sectoriales ............................................................................... 13 2.3 El problema de la cifra de homicidios ............................................................................. 16 Capítulo III. Objetivos de la investigación........................................................................ 19 1. Objetivo general ............................................................................................................... 19 2. Objetivos específicos ....................................................................................................... 19 Capítulo IV. Marco teórico ................................................................................................ 20 1. Marco teórico conceptual de la criminalidad en el Perú .................................................. 20 2. Marco teórico de los sistemas de información ................................................................. 25 3. Marco teórico conceptual del sistema de información integrado en el Perú .................... 29 Capítulo V. Metodología de investigación......................................................................... 33 Capítulo VI. Desarrollo de la propuesta ........................................................................... 34 1. Formulación del sistema propuesto .................................................................................. 34 2. Fuentes de información del sistema ................................................................................. 38 vii Capítulo VII. Propuesta de sistema de información integrado ....................................... 45 1. Soporte normativo del sistema ......................................................................................... 45 2. Clasificador internacional de delitos ................................................................................ 46 3. Soporte técnico-metodológico ......................................................................................... 49 4. Soporte tecnológico del sistema ....................................................................................... 50 5. Beneficios del sistema ...................................................................................................... 53 Conclusiones y recomendaciones ....................................................................................... 56 1. Conclusiones……………………………………………………………. ....................... 56 2. Recomendaciones ............................................................................................................ 58 Bibliografía……………………………………………………………………… ............... 59 Anexos……………………………………………………………………… ....................... 63 Nota biográfica……………………………………………………………………… ........ 74 viii Índice de tablas Tabla 1. Las estadísticas de la criminalidad y la seguridad ciudadana .......................... 44 Tabla 2. Clasificación internacional de delitos con fines estadísticos en el primer nivel.... 48 Tabla 3. Conjunto mínimo de datos sobre delitos ......................................................... 48 Tabla 4. Presupuesto del desarrollo e implementación del sistema ............................... 54 ix Índice de gráficos Gráfico 1. Perú: Principales problemas del país, Enero/Junio 2012-Noviembre2015/Abril 2016 (porcentaje) ............................................. 5 Gráfico 2. Tasa de victimización y percepción de inseguridad, 2011-2016 (porcentaje de la población de 15 y más años de edad) ........................................................ 6 Gráfico 3. Victimización por tipo de delito, Semestre: Octubre 2015-Marzo 2016 ......... 7 Gráfico 4. Tasa de victimización por tipo de delito, Octubre2014/Marzo2015 – Octu- bre2015/Marzo2016 (porcentaje de la población de 15 y más años de edad) 7 Gráfico 5. Tasa de homicidios en el Perú, según principales ciudades, 2015 (por cada 100.000 habitantes)........................................................................................ 9 Gráfico 6. Estadísticas de criminalidad de los registros sectoriales, 2014 ....................... 14 Gráfico 7. Perú: Número de denuncias por homicidios registrados en la Policía Nacional del Perú, 1999-2013 ....................................................................................... 16 Gráfico 8. Perú: Número de denuncias de homicidios registrados en el Ministerio Público, 1999-2011........................................................................................ 17 Gráfico 9. Descripción de la arquitectura física del “Sistema Integrado de Estadísticas de la Criminalidad y Seguridad Ciudadana (SIECYSC)” ............................. 52 Gráfico 10. Diagrama de bloques del “Sistema Integrado de Estadísticas de la Crimina- lidad y Seguridad Ciudadana (SIECYSC)” ................................................... 53 x Índice de anexos Anexo 1. Principales indicadores del sistema por fuente de información ........................ 64 Anexo 2. Prototipo del “Sistema Integrado de Estadísticas de la Criminalidad y Segu- ridad Ciudadana (SIECYSC)” ......................................................................... 68 1 Capítulo I. Introducción El presente trabajo de investigación aborda el problema bajo dos ángulos completamente interconectados. En primer lugar, los altos niveles de criminalidad e inseguridad ciudadana que se vive en el Perú de hoy, problema que tiene múltiples determinantes, diversidad de causas: sociales, psicológicas, económicas, demográficas, legales, que es necesario conocer bien, interrelacionarlas y conectarlas, para tener una amplia base empírica de análisis, que permita un óptimo diagnóstico, y por supuesto la formulación de adecuadas políticas públicas que tiendan a disminuir los índices de la criminalidad y generar condiciones para una adecuada paz social, condición imprescindible en curso al desarrollo. En segundo lugar, la carencia de información cuantitativa y cualitativa, de calidad, que esté en forma sistematizada, integrada, relevante y que se encuentre disponible, como soporte técnico, analítico, georreferenciado, soporte imprescindible para las políticas públicas. El problema de investigación aborda la temática en estas dos dimensiones. Primero, el crimen, su nivel, manifestaciones e implicancias, y segundo, la carencia de un sistema de información integrado, plausible y viable de apoyo a las políticas de prevención, lucha contra el crimen, implementación de justicia y tratamiento del delincuente. Toda esta problemática vista y cuantificada en sus múltiples manifestaciones. En referencia a la motivación del presente trabajo, escribí hace dos años algunas ideas que traigo a colación: «El avance de la criminalidad es una de las principales preocupaciones en diversos países y sociedades del mundo, por su persistente y creciente manifestación, que a su vez tiene consecuencias muy dañinas en la población. Así lo expresan autoridades, investigadores, ciudadanos en general, en diversos eventos, foros, reuniones, seminarios, donde se discute, expresa y analiza dicha problemática. Se esbozan estrategias para su combate, a veces no tan exitosas, mientras la criminalidad avanza se enfrenta cara a cara a la legalidad. Es el mal del siglo XXI, por su alta violencia que afecta dramáticamente a la población. Es también preocupación de muchos países de nuestra región latinoamericana. El problema se expresa de diversas maneras y formas en el abanico de posibilidades delictivas, cuya forma más aguda se encarna en la violencia de muerte, en el asesinato de cientos de miles de ciudadanos, sin distinción de grupo, color, raza, ideario o credo»1. 1 Sánchez Aguilar, Aníbal (2014) Delincuencia y Seguridad Ciudadana, Mirando al Bicentenario. Ensayo ganador del Concurso Nacional de Ensayo del Diario El Comercio - Peruanos del Bicentenario. http://3.elcomercio.e3.pe/doc/0/0/8/8/1/881629.pdf [fecha de consulta: 03 de noviembre de 2016]. http://3.elcomercio.e3.pe/doc/0/0/8/8/1/881629.pdf 2 Iniciando el cuarto lustro del siglo XXI, la delincuencia y la falta de seguridad ciudadana constituyen pues el principal problema ciudadano, si bien el grado de la criminalidad en el Perú, comparado con el de otros países es menor, aun así, genera gran angustia interna que lo ubica como el principal problema ciudadano, situación de una agenda diaria, que requiere de adecuadas estrategias y decisiones políticas, sociales y económicas integrales. En una visión de mediano y largo plazo este es el reto de las autoridades de Gobierno, de las instituciones, de la sociedad, de cara al 2021, año del bicentenario de la independencia nacional. La inseguridad, el crimen organizado, el tráfico ilícito de drogas, la trata de personas, el contrabando, el lavado de activos y la delincuencia común, son expresiones presentes y representativas del avance de la criminalidad. El narcotráfico y sus ramificaciones se infiltran subrepticiamente en las instituciones, en las organizaciones políticas utilizando distintos medios o fórmulas, muchas de ellas ligadas al financiamiento económico, a la prebenda, la coacción, ejerciendo, en algunas sociedades, un poder oculto mediante la displicencia, la extorsión o el chantaje. Por ello, la lucha contra la criminalidad será limitada si no se neutralizan estas redes del crimen, a través de la acción de los gobiernos auténticamente democráticos que luchen por la prosperidad y la seguridad ciudadana. El crimen organizado es el iceberg del delito que ataca en forma cruel a la sociedad, tratando de arrinconar a la justicia a golpe sangre y fuego. Mención adicional es la delincuencia informática, acto delictivo de rápido crecimiento. Cada vez con mayor frecuencia, los criminales están explotando la velocidad, conveniencia y anonimato del internet para cometer diversa gama de actividades delictivas que no conocen fronteras, ya sea física o virtual, causar daños graves y planteando amenazas muy reales a las víctimas en todo el mundo2. No debemos dejar de anotar que el Perú es un país en vías de desarrollo que viene cambiando aceleradamente. En el último cuarto de siglo, se han registrado cambios sustantivos en lo económico y en lo social. El Perú se ha tornado en un país diferente, muy distinto al de un siglo atrás. Hoy es más maduro, avanzado asimilando su crisis, transformándose en un país más democrático, de libre empresa. Viene superando sus problemas sociales; digo viene superando, porque aún exhibe grandes diferencias y problemas como el que estamos abordando en este estudio. Se ha avanzado en estabilidad, crecimiento económico y redistribución, por los menores niveles de pobreza que ahora afecta al 21,8% de la población peruana3. 2 INTERPOL, http://www.interpol.int/es/Crime-areas/Cybercrime/Cybercrime. 3 INEI (2016g). Evolución de la Pobreza Monetaria 2009-2015. Abril 2016. 3 Por otro lado, la mayoría de las instituciones utilizan registros administrativos como método para obtener información, lo cual es muy valioso. Sin embargo, existe una gran variabilidad de formatos en los cuales se recopila información (a veces incluso al interior de las mismas instituciones informantes), el registro de delitos y faltas de la Policía Nacional del Perú, el Registro de Denuncias Fiscales del Ministerio Público, el Registro Nacional de Detenidos, el Registro de Expedientes del Poder Judicial, el Registro Nacional de Condenas, así como el Registro Penológico del Instituto Nacional Penitenciario. El problema mayor es que no siempre utilizan los mismos criterios y estándares en la identificación de los delitos. No siempre utilizan clasificaciones y definiciones comunes. También persisten algunos problemas respecto a la cobertura, temporal y espacial. La información se recopila sin garantizar la cobertura de la totalidad de las oficinas estadísticas informantes de cada subsistema. Tampoco se realiza un control sobre las unidades que incumplen o se demoran en el envío de la información, ni un suficiente control de calidad de la información recopilada. El presente trabajo de investigación está dividido en siete capítulos. El capítulo I se presenta de manera introductoria el tema de investigación. El capítulo II trata sobre los altos niveles de criminalidad y violencia, y la carencia de un sistema de información integrada, coherente, confiable y actualizada sobre el crimen que plantee políticas públicas en ayuda a su prevención y combate. El capítulo III desarrolla los objetivos de la investigación; en el capítulo IV se menciona el marco teórico conceptual de la criminalidad en el Perú y de los sistemas de información. El capítulo V describe detalladamente la metodología a utilizar. El capítulo VI detalla la propuesta inédita del presente trabajo de investigación; y en el capítulo VII se tiene en cuenta la propuesta del “Sistema Integrado de Estadísticas de la Criminalidad y Seguridad Ciudadana (SIECYSC)”, en materia de hardware y software. Finalmente, se presentan las conclusiones y recomendaciones a las que se ha llegado luego de finalizado el estudio. 4 Capítulo II. El problema de investigación 1. Altos niveles de criminalidad y violencia 1.1 Principales problemas del país En el Perú, esta realidad se fundamenta y explica cuantitativa y cualitativamente a través del diagnóstico actualizado. La información oficial4 señala que la principal preocupación de los peruanos, hoy, es la delincuencia; así lo expresan los ciudadanos mayoritariamente. En el se- mestre de noviembre de 2015 a abril 2016, el 45% de ciudadanos mayores de 18 años señalaron que el principal problema en el país es la delincuencia, cifra que ha venido incrementándose en los últimos cuatro años, si la comparamos con el primer semestre del año 2012, donde solo un 28,5% de las personas indicaba a la delincuencia como el principal problema del país. Asimismo, el 42,5% de los ciudadanos señalaron que otro de los grandes problemas es la corrupción, prima hermana de la criminalidad, y que de igual manera ha tenido un comportamiento en ascenso desde el 2012 que fue 25,9%. En tercer lugar, para el mismo período de análisis, el 27,1% señaló que el principal problema ciudadano es la falta de seguridad ciudadana, cifra que muestra un comportamiento creciente, similar a los anteriores indicadores, registrando el 2012 un valor de 14,5% (ver el gráfico 1). En este contexto, las cifras señalan, en forma clara, cuáles son los problemas principales de la sociedad peruana, concluyendo que es la criminalidad, en sus múltiples manifestaciones, la principal preocupación que se tiene que abordar. 1.2 Tasa de victimización y percepción de inseguridad Dada la principal preocupación ciudadana, es importante reconocer los niveles y tendencias de la criminalidad en el país. Uno de los principales indicadores utilizado a nivel internacional para la medición de la actividad delictiva en un país, es la tasa de victimización. Esta busca conocer la incidencia delictiva que afecta a la población. El indicador resume los delitos que han afectado a miembros del hogar, en un periodo de tiempo, por lo general, los 12 meses anteriores a la fecha de la entrevista. Lo importante para el Perú es que los estudios de victimización y percepción de inseguridad son resultados de una gran encuesta nacional multipropósito de programas presupuestales que ejecuta el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), organismo público que produce la estadística oficial del país, y que tiene un módulo de seguimiento de estos indicadores, los que se construyen con rigor estadístico, en cobertura y calidad.5 4 INEI (2016a). Encuesta Nacional de Hogares. Módulo: Gobernabilidad, Democracia y Transparencia http://iinei.inei.gob.pe/microdatos/. 5 INEI (2016f). “La victimización en el Perú 2010-2015” https://www.inei.gob.pe/media/MenuRecursivo/publicaciones_digitales/Est/Lib1349/Libro.pdf. http://iinei.inei.gob.pe/microdatos/ 5 Gráfico 1. Perú: Principales problemas del país, Enero/Junio 2012 – Noviembre 2015/Abril 2016 (porcentaje) En su opinión, actualmente, ¿cuáles son los principales problemas del país? Nota: Pregunta con alternativas de respuesta múltiple. Fuente: INEI (2016a). Encuesta Nacional de Hogares. Módulo: Gobernabilidad, Democracia y Transparencia. Elaboración propia 2016. Para el país, los datos señalan que la tasa de victimización, es decir el porcentaje de pobladores de 15 años y más de edad que han sido víctimas de un hecho delictivo, ascendió a 30,8%, en el año 2015. Es decir 31 de cada cien ciudadanos han sido víctimas de algún hecho delictivo, y en un periodo más reciente, el período octubre 2015-marzo 2016, la victimización presenta incremento alcanzando el 32,5% de ciudadanos víctimas, cifra superior a la registrada en el 2014 y 2015, aunque no tan estrictamente comparables, dado el periodo de análisis semestral. Este porcentaje de victimización de casi un tercio de la población peruana, va acompañada de una alta precepción de inseguridad, y no es extraño que el grueso de la actividad delictiva que está muy ligada a los delitos patrimoniales eleve la sensación de inseguridad hasta niveles bastante altos. Ello se refleja fehacientemente en la evolución del indicador de percepción de inseguridad que registra un valor bastante alto, pues en el período octubre 2015 y marzo 2016, el 89,5% de la población se siente insegura. Es decir, 9 de cada 10 peruanos y peruanas de 15 a más años de edad, presienten que en los próximos doce meses, podrían ser víctima de un hecho delictivo, ver el gráfico 26. 6 INEI (2016d). Encuesta Nacional de Programas Estratégicos – Módulo de Seguridad Ciudadana 2015. Informe Técnico de Seguridad Ciudadana. Junio 2016. 6 Gráfico 2. Tasa de victimización y percepción de inseguridad, 2011-2016 (porcentaje de la población de 15 y más años de edad) 1/ Percepción de Inseguridad en los próximos doce meses 2/ Población víctima de algún hecho delictivo Fuente: INEI (2016d). Encuesta Nacional de Programas Estratégicos. Elaboración propia 2016. 1.3 Victimización por tipo de delito De otro lado, en la sociedad peruana, los delitos que más afectan a la población son los delitos patrimoniales, propio de sociedades en desarrollo. La mayor proporción de delitos que se cometen en el país, están circunscritos a arrebatar el patrimonio de las personas o de los hogares, de las empresas y negocios en general. Cerca del 90% de la actividad delictiva está circunscrita al predominio de este tipo de delitos, es decir el robo, el hurto, tanto de la cartera, como del celular, el robo del negocio, de vehículos, o autopartes, el robo e intento de robo en las viviendas, estafa, y extorsión, con el fin de tener beneficios económicos. Esta es la tipología del delito más persistente en la sociedad peruana. Para el periodo octubre 2015-marzo2016, la tasa de victimización por robo de dinero, cartera, celular fue de 14,8%. Es decir, 15 de cada 100 personas de 15 y más años de edad ha sido víctima de este tipo de robo, cifra que disminuye levemente en comparación con similar período del año anterior que alcanzó una tasa del 17,8%. El otro hecho delictivo que afecta a la población es la estafa. Este indicador muestra una tendencia creciente en el último año, así se observa que el período de análisis un 11,4% de la población fue víctima de estafa, cifra superior en 5,6 puntos porcentuales en comparación al período anterior (octubre 2014-marzo2015). El intento de robo de dinero, cartera o celular, muestra un comportamiento similar en todo el período de análisis, manteniéndose en una tasa del 5,5% para el período octubre 2015 y marzo 2016. El mismo 7 comportamiento se observa con el robo de vehículo e intento de robo del vehículo, que alcanzó una tasa del 2,1% y 1,0% respectivamente, tal y como se puede apreciar en los gráficos 3 y 4. Gráfico 3. Victimización por tipo de delito, Semestre: Octubre 2015-Marzo 2016 Fuente: INEI (2016d) – Encuesta Nacional de Programas Estratégicos. Elaboración propia 2016. Como se aprecia, en la sociedad peruana actual, la manifestación de la actividad delictiva es alta, y es preocupación constante de autoridades, de la política pública que intensifica acciones para el combate al delito. Pero aún sin los resultados esperados, por lo que se requiere de acciones inte- grales, de prevención, combate de administración y rehabilitación que requieren mejores resul- tados. Gráfico 4. Tasa de victimización por tipo de delito Octubre2014/Marzo2015 – Octubre2015/Marzo2016 (Porcentaje de la población de 15 y más años de edad) En los últimos doce meses, ¿usted ha sido víctima de:..? 1/ Incluye: Auto, camioneta, autopartes de vehículo automotor, motocicleta, moto taxi o bicicleta. Fuente: INEI (2016d). Encuesta Nacional de Programas Estratégicos. Elaboración propia 2016. % Robo de dinero, cartera, celular 14,8 45,7 Estafa 11,4 35,2 Intento de robo de dinero, cartera, celular 5,5 16,8 Amenazas e intimidaciones 2,1 6,6 Robo de vehículo 1/ 2,1 6,3 Maltrato y ofensa sexual 2/ 1,6 4,9 Intento de robo de vehículo 1/ 1 3,2 Robo de negocio 0,7 2,3 Secuestro y extorsión 0,6 1,7 Otro 3/ 0,5 1,4 Tipo de Delito: Octubre 2015 - Marzo 2016 8 1.4 Denuncias de delitos registradas en las dependencias policiales Un aspecto importante a considerar en esta problemática es, la escasa acción de la denuncia en el país. Los ciudadanos son afectados por estos delitos, pero en su gran mayoría no denuncian los hechos, exhibiéndose en la realidad del país una cifra negra del delito bastante elevada, es decir, gran parte de la actividad delictiva no ingresa al registro, a los canales formales de la administración de justicia, generándose niveles de impunidad bastante altos en la realidad del país, por desconocimiento o por ocultamiento que seguramente debe dar lugar a acciones de política orientadas a avanzar en este terreno. Según la Encuesta Nacional de Programas Presupuestales (ENAPRES) el indicador de la tasa de denuncia de la población es del 12% para el período de octubre 2014 a marzo 2016. La población victima declara no denunciar los hechos ante las autoridades por múltiples causas, principalmente por desconocer al delincuente (30,7%), por considerar que ello es una pérdida de tiempo (28,1%) o porque lo robado es un delito de poca importancia (24,5%), en menor proporción están aquellos que no denuncian el hecho por desconfiar de la Policía (11,0%) o por miedo a represalia (4,9%), entre otros motivos. Al margen de esta alta cifra negra del delito en la realidad nacional, que amerita un análisis a mayor profundidad, que trasciende las ordinarias políticas de lucha contra el crimen, y vaya más allá, incluso hacia políticas educativas, de generación de conciencia que la denuncia del delito es imprescindible para avanzar contra la inseguridad y el crimen. Al margen de ello, y dada la tendencia creciente de la actividad delictiva las denuncias de los delitos en la unidades policiales han venido incrementándose, en los últimos años. Según los Censos Nacionales de Comisarías en el periodo 2011-2015, las denuncias sobre delitos en todas las dependencias policiales, han crecido en 45% en los últimos 4 años. En el año 2011, se registraron 240.438 denuncias; en el año 2015, ascendieron a 349.323 denuncias de delitos en todas las Comisarías del país y Unidades Especializadas. A pesar del alto porcentaje de personas afectadas que no denuncian el hecho afectado, en el año 2015 se registraron cerca de 350.000 denuncias por comisión de delito en las distintas dependencias policiales, cifra que viene incrementándose año a año en el país. Si la Policía lograra contar con un completo registro de los delitos producidos en el país, a través de su sistema de denuncias policiales, se tendría permanentemente actualizado los mapas del delito para cada circunscripción, que permita tener ubicado los puntos con mayor incidencia delictiva, y, si además de ello se agrega un registro en línea que pueda ser procesado y analizado en tiempo real, se tendría una mejor herramienta para la lucha contra la delincuencia, que en su mayoría de casos corresponden a delitos menores. 9 1.5 Tasa de homicidios en el Perú Sin embargo, existen casos donde los delitos patrimoniales terminan en delitos violentos, que causan grave daño y llegan hasta la muerte, los que son ampliamente conocidos por la población a través de las noticias periodísticas, televisivas y medios escritos, que con frecuencia impactan en la sociedad. Lo importante es que las cifras bien recogidas y estandarizadas guíen las políticas de las autoridades. Las cifras de homicidios en el Perú, también muestran una tendencia creciente, en los últimos años. La tasa de homicidios en el Perú es de 7,2 muertes por cada cien mil habitantes en el 2015, siendo esta muy cercana al promedio mundial de 6 homicidios por cada 100.000 habitantes.7 Sin embargo, en varias ciudades del norte del país, las tasas son bastante elevadas, y superiores a 30 muertes por cada 100.000 habitantes. Así, por cada 100.000 habitantes, se registra en Tumbes, una tasa de 41,2, en la ciudad de Barranca, 31,5 homicidios, seguido de la ciudad de Pisco 28,1, San Vicente de Cañete 22,8 muertes, Huánuco 21,8 muertes, Huaraz 17,4 homicidios, Trujillo 16,6, y Huaral con 15,9 muertes8. Son las ciudades de mayor tasa de homicidios en el Perú de hoy, y la expresión más cruda de la criminalidad. Si bien el Perú exhibe, en promedio, una tasa de homicidios baja en comparación de otros países de América Latina, sin embargo, hay ciudades muy violentas que merecen políticas focalizadas de lucha contra el crimen. Gráfico 5. Tasa de homicidios en el Perú, según principales ciudades, 2015 (por cada 100.000 habitantes) Fuente: INEI (2016c). Homicidios en el Perú, contándolos uno a uno 2011-2015. 7 UNODC (2014). “Estudio Mundial sobre el Homicidio”. https://www.unodc.org/documents/gsh/pdfs/GLOBAL_HOMICIDE_Report_ExSum_spanish.pdf, p. 2. 8 INEI (2016c). Los homicidios en el Perú contándolos uno a uno, 2011-2015. https://www.inei.gob.pe/media/MenuRecursivo/publicaciones_digitales/Est/Lib1365/index.html https://www.unodc.org/documents/gsh/pdfs/GLOBAL_HOMICIDE_Report_ExSum_spanish.pdf https://www.inei.gob.pe/media/MenuRecursivo/publicaciones_digitales/Est/Lib1365/index.html 10 Las cifras nos muestran la crudeza de esta problemática en el país, apuntalando el diagnóstico, interiorizándonos en el problema central del presente trabajo de investigación, si uno traza el mapa del país a nivel provincial bien, con las cifras de homicidios, las tasa de victimización o la concentración de las denuncias de delitos en las dependencias policiales, uno puede demostrar que en el país, el delito en sus diversas variantes, está focalizado en pocas provincias y distritos a los que debe prestar principal atención. En el año 2015, según cifras del registro nacional de delitos, en 100 distritos del país, se concentra más del 80% de la denuncias de delitos. El análisis de esta problemática nos señala que existen factores sociales que están en la raíz del problema, según los resultados del Primer Censo Nacional Penitenciario 20169, ejecutado por el INEI en coordinación con el Instituto Nacional Penitenciario (INPE), más del 50% de internos en los penales tienen menos de 30 años de edad, son bastante jóvenes, más del 60% de internos han sido violentados en su niñez, han sufrido de maltrato infantil. Cerca de un tercio de ellos tiene un familiar preso, y en su barrio o zona existen pandillas, o tienen amigos que cometen delito. Estas cifras nos señalan que una parte principal de la criminalidad proviene de lugares con pobreza y hacinamiento, bajos niveles educativos, falta de empleo, que está condicionando la proclividad al delito. Especialmente los jóvenes se convierten en caldo de cultivo de la actividad delictiva, principalmente centrada en el hurto y robo agravado, el tráfico ilícito de drogas y la violación sexual, como las expresiones más comunes de la criminalidad en el país. Las cifras presentadas son concluyentes, tan igual que en muchos otros países del mundo, en el Perú, la criminalidad e inseguridad ciudadana, es el problema principal de la sociedad. Tiene múltiples manifestaciones, y está socavando el crecimiento económico y el desarrollo social. Por ello es que su combate es la principal tarea nacional. No estamos en las décadas de los 80´ y principios de los 90´ del siglo pasado donde la insania terrorista jaqueó al Estado peruano, a golpe de la muerte de miles de compatriotas, que en muchos de los casos los más pobres, terminaron siendo víctimas del terror. Ahora es momento de detener el avance del crimen en sus diversas modalidades todas ellas dañinas para la sociedad. La criminalidad en el país muestra una tendencia creciente, que requiere prevenir y combatir, y en ello juegan un rol sustantivo los datos, la información, el conocimiento, que no solo mira la magnitud del problema sino que aborda los temas centrales que la condicionan, que la posibilitan. Amerita a la vez, un análisis de las condiciones de vida de la población, focalizando la problemática con sistemas de georreferenciación, tal como es el sustento de esta propuesta de investigación. 9 INEI (2016e). I Censo Nacional Penitenciario 2016. Principales Resultados. Junio 2016. 11 2. El problema central: la carencia de un sistema de información integrado, coherente, confiable y actualizado sobre la criminalidad 2.1 Ausencia de un sistema integrado de estadísticas La criminalidad y la seguridad ciudadana, constituyen un problema multidimensional, que tiene múltiples aristas. Debe ser visto desde el ángulo social como las condiciones de vida y pobreza de la población. En ciertos segmentos poblacionales, generan un caldo de cultivo para que parte de la población, especialmente los más jóvenes, sean atraídos por actividades ilegales. La concentra- ción económica y el auge de los negocios, en ciertas zonas, son los lugares preferidos para la presencia de alta criminalidad. Los puntos de salida de droga, en actividades de tráfico lícito de drogas, puertos, aeropuertos, son puntos del accionar de actividades ilícitas. También, la violencia contra la mujer, que en ciertos casos deviene en la muerte. El feminicidio, está influenciado por factores sociales y psicológicos, así como la laxitud de las leyes e incluso la corrupción son ejes de una criminalidad que se muestra agazapada pero que hace gran daño a la sociedad. Para abordar tan grande problemática se requiere información de múltiples dimensiones, que sea actualizada, integrada y georreferenciada. En suma, que sea un punto de apoyo contra el crimen. En el Perú, si bien existe un sistema estadístico nacional consolidado muy bien dirigido por su ente rector el Instituto Nacional de Estadística e Informática, que trabaja con seriedad por años en censos y encuestas de alta calidad y que vienen generando abundante información sobre la criminalidad y la seguridad ciudadana, aún está en un proceso de consolidación normativa sobre la homogeneización y estandarización de los registros administrativos policiales, fiscales, judiciales, penales y otros, los cuales exhiben deficiencias en su registro. En el flujo y centralización de los datos, requiere integrarse en un sistema común de definiciones y conceptos, ámbitos comunes que permitan apoyar la lucha contra el crimen con solvencia, considerando que la información es vital para una óptima toma de decisiones en materia de prevención, combate contra el crimen y rehabilitación social. En el Perú, aún no existe este sub sistema integrado de estadísticas de la criminalidad y seguridad ciudadana, con información georreferenciada y multidimensional que apoye en la tarea. Las estadísticas policiales, fiscales, son vitales en este esfuerzo, y estas deben entrar en un proceso de mejora. Exhiben de momento, muchas deficiencias en su registro, y en la enorme movilidad de las personas que registran los hechos, que tiene problemas de cobertura y de conceptos estandarizados en todos los ámbitos, donde incluso los ámbitos de registro y estudio son diferentes. De allí que la calidad de los datos es por momentos cuestionada y no permite tener un buen referente que describa adecuadamente la problemática. Este problema no solo se presenta en la realidad peruana, también se refleja en otras latitudes, en muchos otros países, con similares características. 12 Marcelo F. Aebi, profesor de criminología y subdirector de la Escuela de Ciencias Criminales de la Universidad de Lausana Suiza, al analizar al detalle las estadísticas policiales de España, encontró serias deficiencias, en cobertura, definiciones y conceptos, fuentes de información disímiles, cuyos resultados no permitían conocer el nivel y tendencias de la criminalidad en España. Las cifras no eran consistentes con las cifras de EUROSTAT. En un interesante artículo publicado en el año 2010, concluía: «En este momento no existe en España estadísticas policiales nacionales de la delincuencia. Las que se publican… solo se ocupan de algunas infracciones y grupos de infracciones, y proporcionan información general, sin presentar de manera detallada cada infracción y sus formas. Al mismo tiempo de las estadísticas casi la totalidad de las cifras absolutas y, en las contadas ocasiones en las que estas aparecen –por ejemplo en el caso de los homicidios dolosos y asesinatos– hemos podido observar inconsistencias en el sentido de que las cifras para un mismo año varían de una edición a otra del Balance MIR. En particular, las cifras absolutas han sido reemplazadas por tasas por 100.000 habitantes sin indicar siquiera las cifras de población utilizada. Es decir que las estadísticas del Ministerio del Interior son incompletas tanto desde el punto de vista territorial como material. Además, hemos demostrado que varias de las cifras incluidas son manifiestamente erróneas. Por lo tanto, dichas estadísticas tampoco son fiables, y resultan inútiles tanto para los investigadores interesados en la evolución de la delincuencia registrada por la policía en España, como para aquellos que intenten realizar comparaciones internacionales». 10 Lo manifestado por el doctor Aebi, nos demuestra que en diversas latitudes existen problemas con los registros, con la información sobre la actividad delictiva que genera distorsión, interpretaciones inexactas que no dan una visión completa y coherente de la actividad delictiva. De igual manera, en el hermano país de México, Arturo Arango, del Instituto Nacional de Ciencias Penales, realiza una evaluación del estado situacional de los datos oficiales y de la validez o no en la utilización de las cifras11. Concluye que: «las estadísticas oficiales ofrecen una imagen tan distorsionada de la realidad, que no se pueden señalar tendencias ni patrones de comportamiento delictivo y, por ello, no pueden ser usadas para explicar el fenómeno delictivo. En resumen, no existe en nuestro país un marco de referencia (sistema de información estadístico coherente y confiable) que permita realizar diagnósticos precisos sobre la delincuencia»12. Han pasado más de diez años de estas afirmaciones, seguro que el sistema estadístico mexicano actual 10 Aebi, Marcelo y Linde, Antonia (2010). “El misterioso caso de la desaparición de las estadísticas policiales españolas”. Revista electrónica de ciencia penal y criminología. Artículos 12-07. ISSN 1695-0194. http://criminet.ugr.es/recpc/12/recpc12-07.pdf 11 Arango Durán, Arturo (2003). “Indicadores de Seguridad Pública en México. La construcción de un Sistema de Esta- dísticas Delictivas”. Center for U.S. – Mexican Studies, May 15-17, 2003. USMEX 2003-04 Working Paper Series. http://escholarship.org/uc/item/39n4r9nf 12 Ob. cit., p. 2. 13 ha ido superando deficiencias, sin embargo es argumento válido que nos enseña que la realidad en el Perú, donde tenemos que dar grandes pasos en el objetivo de tener un subsistema estadístico de criminalidad y seguridad ciudadana de calidad, coherente y confiable, debemos superar deficiencias similares, ese es el reto y problema por superar. Por ello es que las limitaciones resaltadas por Arango (2003) cuando señala que: «i) Los compiladores de la información primaria deben respetar las mismas categorías para los mismos incidentes, es decir que no deben existir la discrecionalidad al momento del registro ni en la clasificación. ii) Las estadísticas deben ser mutuamente exclusivas, en tal forma que un incidente no pueda ser clasificado de dos o más formas distintas. iii) La clasificación debe ser exhaustiva, de tal forma que todos y cada uno de los delitos deben ser clasificados y registrados en las estadísticas»13, nos enseñan que para nuestra realidad, como soporte a las políticas públicas, también debemos superar estas limitaciones, que las existen, mucho tiene que ver en ello la estandarización de procesos y el uso de clasificaciones comunes en los procesos de registro de la información. 2.2 Unidades de los registros sectoriales En la actualidad, los registros sectoriales en el Perú, tienen similares limitaciones que las descritas para México hace diez años. Tenemos problemas en el registro fidedigno de delitos en diversidad de unidades de registro policiales, fiscales, judiciales, dado el uso de distintas formas de clasificar los delitos y de poder definirlos, dependiendo incluso de las personas que realizan el registro, con alta movilidad del personal, y con el marco del código penal peruano, usado indistintamente e interpretado dependiendo del actor. Entre el año, 2000 y 2011, las denuncias de homicidios reportados por el Ministerio Público, se dispararon, se multiplicaron en forma impresionante, y por ende la tasa de homicidios por 100.000 habitantes, se elevó en el año 2011, según esta fuente, a 24 homicidios por 100.000 habitantes. Años después, con el concurso del INEI, tras la creación del CEIC, se pudo demostrar que en realidad dicha tasa era casi un cuarto de la cifra reportada por el Ministerio Público, hecho que fue reconocido por el propio Fiscal de la Nación. La medición de la actividad delictiva es muy compleja, debido a que el delito, en su ocurrencia, pasa por diversas instancias o momentos. Es un único hecho, que involucra a una víctima o más, a un victimario o varios, en una circunstancia que dificulta su adecuada tipificación, por el uso de las clasificaciones o códigos no estandarizados, a pesar de ocurrir en un único espacio geográfico y en un momento determinado en el tiempo. En todo el proceso del registro del hecho delictivo, intervienen las autoridades del sistema de justicia, registrando lo actuado en los respectivos reportes policiales, en las respectivas denuncias fiscales, dando origen a los expedientes 13 Ibíd., p 3. 14 judiciales, y estos determinando cárcel a uno o más, de los detenidos por el hecho, dando paso al registro penitenciario. Es un proceso lineal que abarca diversas instancias, siguiendo un núcleo común, ya que es “un solo hecho”, pero el flujo de información que maneja cada institución es independiente del resto de sub sistemas. Es decir, cada uno de los sectores trabajan aisladamente a pesar de formar parte del sistema y evidentemente ello ocurre porque cada uno busca responder en primer lugar las necesidades propias de su institución, y ello conlleva al manejo de cifras que en muchas ocasiones no son comparables. Por ello, urge la necesidad de contar con un sistema de información que integre y estandarice las estadísticas de criminalidad y seguridad ciudadana. Un ejemplo de lo anteriormente mencionado se puede apreciar en el gráfico siguiente, donde se observa que la Policía Nacional registró en el año 2014 unas 326.578 denuncias por comisión de delitos. Son cifras que si lo contrastamos con las denuncias o casos registrados por el Ministerio Público, este registro es mayor, llega a 525.757 denuncias. Esta diferencia de cifras, merece ex- plicarse para entenderse. En el Ministerio Público se incluyen denuncias que proceden de la Policía, otras son derivadas de otra dependencia Fiscal, otras denuncias son de la parte agraviada que in- gresa directamente a la Fiscalía, o son denuncias de Oficio, por lo que es necesario tener cuantifi- cada la cantidad exacta de casos según su procedencia14. En el caso del Poder Judicial, se tienen contabilizados los procesos judiciales ingresados, resueltos, pendientes, personas con sentencia condenatoria, y por último, al Instituto Nacional Penitenciario con una población penal cercana a los 80.000 internos. Gráfico 6. Estadísticas de criminalidad de los registros sectoriales, 2014 Fuente: INEI (2015b). Anuario Estadístico de la criminalidad, 2011-2014. Elaboración: INEI. 14 Las 525.757 denuncias penales que publica el Ministerio Público en su anuario estadístico 2014, corresponden a la suma de las denuncias por el Antiguo Código Penal y Nuevo Código Procesal Penal. Consultado el 24-06-2016 http://portal.mpfn.gob.pe/estadistica/ANUARIOESTADISTICO2014FINAL.pdf http://portal.mpfn.gob.pe/estadistica/ANUARIOESTADISTICO2014FINAL.pdf 15 Estas distintas unidades de análisis dificultan la comparación de las cifras, por indistintas formas de registro. Por ejemplo de las cerca de 500.000 denuncias de delitos en las Fiscalías penales de la República se requiere saber cuántas de ellas realmente constituyeron delito, y dieron lugar a la formalización de una denuncia penal ante los Juzgados de Instrucción. La realidad nos dice que una proporción bastante reducida termina en el proceso penal. Las diferentes Unidades Policiales registran también los hechos, en la mayoría de los casos, sin presencia fiscal, aunque luego dan aviso a la actuación fiscal. Asimismo, el fiscal decide si la investigación la realiza con sus propios medios o con apoyo policial, o incluso recibe denuncias de parte, o de oficio, eso explica que la cantidad de las denuncias de delitos sean mayores en las Fiscalías. Por otro lado, a las instancias del Poder Judicial no ingresan todas las denuncias, dado el principio de oportunidad, el Fiscal que puede resolver varios casos y, en otros más complejos, es posible que no reúna las pruebas del caso para formalizar la denuncia ante el Poder Judicial. Esto explicaría por qué en el Poder Judicial la cantidad es menor, pero también porque no están incluidos los ingresos que llegan de otros juzgados. Las cifras pues no conversan integradamente entre las diversas instituciones que participan en la administración de justicia. Por tanto, no tenemos el circuito completo por el cual transita un hecho delictivo en las distintas etapas de la administración de justicia Considero que desde el origen del hecho, debería tenerse un código único de identificación, porque en la realidad, solo es una circunstancia con diversos actores. Ese “código común” no existe en la administración de justicia actual, y es la llave para tener “información” debidamente documentada, en todas las instancias, posibilitando tener con ello información de calidad, sin omisiones ni duplicidades, una información vital para el combate al delito. En el país, esta modalidad no existe, los hechos cambian, se duplican, o simplemente desaparecen dependiendo de la organización donde se encuentre. Es por eso que el tener información integrada con altos grados de calidad, oportunidad, conlleva a tener una focalización de las políticas públicas, y así apoyar los procesos de lucha contra la violencia e inseguridad de los ciudadanos. A pesar de los avances en la generación de información, aún no contamos con un sistema integrado de información que ayude en este bien común, que tengan clasificaciones uniformes, conceptos comunes. Es decir, tener un sistema de registro estandarizado, donde la información esté abierta y a libre disposición de todos los peruanos, en ese esfuerzo hay que bregar a fin de generar una visión coherente de la linealidad del hecho delictivo y su tránsito por las diversas instancias de administración de justicia y de acción común. Teniendo en cuenta lo complejo de la medición de la actividad delictiva, y si a esto se suma que no existe un sistema integrado entre las instituciones que converse entre si y pueda brindar información estadística que permita elaborar diagnósticos precisos para una mejor toma decisiones en lucha contra la delincuencia e inseguridad ciudadana. 16 2.3 El problema de la cifra de homicidios Un ejemplo de información sesgada fue encontrado por el Instituto Nacional de Estadística e Informática al realizar el Censo Nacional de Comisarías y registrar uno a uno los delitos en las dependencias policiales15, ello luego de realizar un análisis de las cifras de denuncias de homi- cidios de la Policía Nacional y del Ministerio Público del periodo 1999-2011, en la cual se ob- servaron variaciones bruscas en el tiempo, tanto en las estadísticas policiales como a nivel de las cifras fiscales, divulgadas por el Ministerio Público. Así, a nivel policial, los datos registrados oficialmente por la Policía Nacional del Perú, en los últimos 15 años (gráfico 7) muestran rasgos inequívocos de error a partir del año 2005 se observa en la gráfica la evolución de las cifras de denuncias de homicidio en las dependencias policiales16. En el periodo 1999-2004, el número de denuncias de homicidios en promedio registraban un total de 1.314 denuncias cada año. Para el año 2005 esta cifra creció en más del cien por ciento. Aumentó en 126,2%, sin explicación alguna, ya que en el periodo 2005-2012, en promedio se registraron 2.973 denuncias de homicidios cada año, más del doble en crecimiento de un año a otro. No existían condiciones reales para un aumento brusco de la criminalidad, no hubo una guerra, ni la delincuencia asalto al poder. En ese periodo, el país vivía una estabilidad económica y social, el crecimiento de la economía exhibía un escenario estable como de calma social y política. Gráfico 7. Perú: Número de denuncias por homicidios registrados en la Policía Nacional del Perú, 1999-2013 Fuente: Ministerio del Interior – Policía Nacional del Perú. Elaboración: INEI 2016. 15 Comité Estadístico Interinstitucional de la Criminalidad (2014), extraído el 24-06-2016 http://www.minjus.gob.pe/wp-content/uploads/2014/07/HOMICIDIOS-PERU-20121.pdf 16 La fuente son los datos policiales divulgados en los Anuarios Estadísticos de la Policía Nacional del Perú. 17 La explicación de tan abrupto cambio en las cifras, no podía estar sino por el lado de la tipificación de los hechos denunciados, tal como se verificó con los encargados de la estadística policial, considerando a partir del año 2005 el incluir en un solo grupo, a todas las denuncias de homicidios: culposos, dolosos (incluido accidentes de tránsito), suicidios y hallazgos de cadáveres, duplicándose subrepticiamente el número de denuncias de homicidios dolosos, esta última debería ser el real insumo para calcular la tasa de homicidios en el Perú. Si el error en el registro policial fue un hecho no explicado como tampoco corregido. El error fue mayor con la estadística del Ministerio Público sobre las denuncias registradas en las diversas Fiscalías Penales. Las denuncias de delitos por homicidio en el Ministerio Público pasaron de un promedio de 1.314 anuales en el periodo 1999-2004, a un promedio de 3.122 denuncias en el periodo 2005-2008, creciendo extraordinariamente en 137,0%, sin mencionar hechos reales que fundamenten el aumento vertiginoso del crimen. Luego, en el siguiente periodo 2009-2011 las denuncias de homicidios en las Fiscalías crecieron aún más, en promedio a 5.580 denuncias de homicidios en el periodo, cerrando el año 2011 con 7.181 denuncias de homicidios, distorsionando completamente la realidad y elevando subrepticiamente los índices de la criminalidad en el Perú (gráfico 8). Gráfico 8. Perú: Número de denuncias de homicidios registrados en el Ministerio Público, 1999-2011 Fuente: Ministerio Público. Elaboración: INEI 2016. Con la finalidad de mejorar la calidad de las estadísticas de homicidios, es necesario contar con un sistema de supervisión que ayude a evitar estas repeticiones en la contabilidad final de los casos de homicidio. Se necesita procedimientos para evitar esta duplicación que incluyen: a) consultas en sistemas informatizados al momento del registro, en los cuales se buscan otros registros si- milares; y b) implementación de rutinas de crítica sistemática de los datos, buscando repeticiones de lugares y fechas de los eventos, además de las dinámicas y la identificación de las personas 18 involucradas en los hechos17. En ese escenario, la premisa del presente trabajo es que una sociedad adecuadamente informada, en todo nivel, puede reducir drásticamente los niveles de criminalidad. La problemática del delito es un fenómeno multicausal y multidimensional, justamente por estar relacionada con el entorno social y con la personalidad del individuo que comete el acto delictivo. La multidimensionalidad del delito se refiere a que se presenta en diferentes estamentos de la sociedad y por ende, el trabajo de prevención y lucha contra el delito implica su realización en cada uno de estos estamentos involucrados, como en el plano familiar (en el seno del hogar), en el barrio, en el centro de estudios o club (en las condiciones de la comunidad que alberga al individuo), a nivel socio-económico (programas sociales, educativos y lucha contra la pobreza), a nivel de la fuerza de represión (policial y militar). Se reconocen diversas causas del accionar delictivo, como la accesibilidad a elementos vinculados al delito (drogas y armas), las condiciones socioeconómicas (pobreza y marginalidad), experiencias traumáticas a nivel personal y familiar (desafecto, violencia física o psicológica en la niñez, abandono infantil), el ambiente social adverso (violencia u valores deteriorados en la escuela o barrio). Asimismo, la inaccesibilidad o falta de oportunidades -en la línea de Lunecke (2004)-. Por ello, centramos nuestro objetivo, en la generación de un sistema con información integral, comparada, consistente, que abarque el abanico de facetas delictivas, sus causas y consecuencias. Es decir, satisfacer todas las necesidades relativas a la información sobre el delito. Asimismo, amerita conocer la linealidad del delito denunciado, el cual se registra por todas las instancias del sistema de justicia (que involucra la denuncia y el presunto sujeto delictivo). Lo cual obliga a que la información disponible de las distintas entidades vinculadas debe ser integral, con acceso a su base de datos, la cual debe contar con un proceso de mejora continua, disponiendo así con in- formación estadística de calidad sobre sus principales variables. 17 Universidad do Estado do Rio de Janeiro – Laboratorio de Análisis de la Violencia. Documento elaborado para la “Conferencia sobre calidad de datos de homicidio en américa latina y el caribe”. Bogotá 7-9 de septiembre de 2015. 19 Capítulo III. Objetivos de la investigación 1. Objetivo general El objetivo general del presente trabajo de investigación es proponer el desarrollo de un Sistema Integrado de Estadísticas de la Criminalidad y Seguridad Ciudadana a partir de la identificación de las variables intervinientes de manera directa e indirecta en el análisis delictual y que son registradas en el sistema de justicia o producidas a través de los diferentes censos y encuestas que ejecuta el Instituto Nacional de Estadística e Informática. De tal manera, que tenga la capacidad de centralizar toda la información proveniente de las instituciones públicas como la Policía Nacional del Perú, Ministerio Público, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, Poder Judicial e Instituto Nacional Penitenciario. También las instituciones privadas que generan estadísticas sobre diversas modalidades delictivas a fin de centralizar información cuantitativa y cualitativa, de los hogares, de las empresas, que coadyuven a generar estrategias en solución del problema del crimen, combinando la información de los hechos delictivos, con las características demográficas, sociales y económicas de la población. Existe la evidencia que el mayor acceso a la información, a mayor nivel de detalle, correlacionada con factores sociales y económicos, en el espacio geográfico, información abierta, transparente, de conocimiento público: de las personas, de las autoridades, de los negocios, de los hogares tiene como efecto menores índices de criminalidad, dado que permite desentrañar las causas del delito. Permite a las autoridades focalizar su accionar, a la vez poder caracterizar socialmente los hechos, en el sistema, permitirá elaborar políticas públicas de prevención y combate. Estos argumentos fundamentan el objetivo del presente estudio. 2. Objetivos específicos 2.1. Identificar y establecer las principales variables e indicadores que permitan el análisis cuali- tativo y cuantitativo de los determinantes de la criminalidad en el país, que en forma inter- relacionada e integrada permitan conocer las características, magnitud y tendencias. 2.2. Establecer los parámetros teórico conceptual a fin de contar con información georreferenciada, que permita el análisis espacial del delito, en marcos geográficos de referencia comunes. 2.3. Plantear pautas y orientaciones para el uso estandarizado de códigos, clasificaciones, no- menclaturas y marcos comunes que formen el registro uniforme e integral de la información de la criminalidad y seguridad ciudadana. 2.4. Facilitar el acceso de una herramienta de apoyo al análisis y diseño de políticas públicas en materia de criminalidad y seguridad ciudadana en el país, para los tomadores de decisión, funcionarios públicos e investigadores en general. 20 Capítulo IV. Marco teórico 1. Marco teórico conceptual de la criminalidad en el Perú La criminalidad en el mundo, y en particular en nuestro país, debe ser analizada en sus múltiples dimensiones. La evidencia disponible nos señala que ésta, tiene diversidad de causas, algunas de las cuales son determinantes. Exhibe múltiples aristas que deben ser consideradas en cualquier análisis. Desde las particulares condiciones de vida de las familias involucradas, que en ciertas circunstancias, uno de los suyos traspasó la línea de la legalidad influenciado por factores internos al hogar muchas veces motivado por las condiciones de vida de las familias, aquellas en situación de vulnerabilidad económica, sin oportunidades. Ello sucede sobre todo en las grandes ciudades, con carencias de diferente naturaleza, impulsan - por el entorno que los rodea - a uno de los suyos a caer en delito. Otro factor es que existe buen porcentaje de jóvenes y adolescentes que no es- tudian ni trabajan, cerca del 17% de jóvenes de 15 a 29 años de edad están en esa condición18, asimismo, hay otros condicionantes familiares, incluso los aspectos psicosociales de algunas personas, con violencia familiar que posibilitan el crimen. Existen factores de orden económico que condicionan la actividad delictiva en grandes espacios principalmente urbanos de gran desarrollo y concentración de negocios, y en la periferia, expansión urbano-marginal, con enormes bolsones de pobreza, posibilitan que en un mismo espacio geográfico coexistan dife- rencias enormes en las condiciones de vida de la población. Ello se observa en grandes distritos de Lima como San Juan de Lurigancho, con más de un millón de habitantes, con pujante crecimiento económico en una zona rodeada por áreas o conglomerados donde las condiciones de vida y pobreza son bastante álgidas, o en el distrito de Ate, con gran diferenciación social, o en Venta- nilla, Mi Perú, en el Callao. Ello nos muestra que la actividad criminal tiene diversidad de aristas que se deben contemplar en el análisis y que, más aún, los determina. Escuchamos a estudiosos y teóricos de la criminalidad, como por ejemplo Antanas Mockus, Gary Becker y Martha García, quienes exhiben, exponen y fundamentan los condicionantes de la criminalidad. Seguramente que parte de esas ideas debemos evaluar y asimilar, en este proceso de enriquecimiento. Algunos hablan de las condiciones de vida de los pobladores, de las adversas condiciones sociales no tan favorables para ciertos grupos sociales, especialmente los más pobres. La criminalidad estaría condicionada por las carencias de cientos de individuos proclives a delinquir como en una suerte de “alternativa” de supervivencia. La evolución se da poco a poco, desde delitos menores, el arrebato, los carteristas, hasta generar una casta del crimen de mayor 18 INEI (2016a). Encuesta Nacional de Hogares. Página web del INEI, sección microdatos. http://iinei.inei.gob.pe/microdatos/. http://iinei.inei.gob.pe/microdatos/ 21 envergadura que termina en asaltos a bancos, en el secuestro y la extorsión. Todo ello descansa sobre la base de la pirámide, la pobreza. A esto se agregan factores disfuncionales de las familias, muchas de ellas desmembradas en los estratos de menores posibilidades de la sociedad. Al final, los actores evolucionan y terminan formando parte del crimen organizado, con diversidad de facetas y manifestaciones, como el crimen organizado, el tráfico ilícito de drogas, el lavado de activos, o la trata de personas, en la escala superior. Así, la Doctora Martha García Alvarez, de la Sociedad Mexicana de Criminología de Nuevo León, al estudiar los sistemas que se relacionan con la violencia y la criminalidad femenina, señala que: «el nivel socioeconómico y psicológico, son determinantes en la conducta delictiva y violenta, correlacionándose interfactorialmente con otros agentes e indicadores involucrados en la personalidad de la mujer delincuente» (García Álvarez 2014: 2). Estos argumentos abonan a nuestro propósito, ya que en el presente trabajo se busca fundamentar la multicausalidad de la criminalidad, que a la vez fundamenta sistemas de información integrales. En el estudio precitado se fundamenta justamente las múltiples dimensiones del fenómeno, sus interrelaciones causales y factoriales, como factores políticos, justicia, hogar, cultura, educación, el poder, el dinero, lo sexual, lo cual requiere mucho trabajo en las políticas de prevención y tratamiento de la conducta delictiva. «Los conflictos sociales de delincuentes comienzan en el hogar, en la zona donde viven, tipos de amigos, con los padres y/o padrastros violentos y, sufriendo estos daños casi siempre en la adolescencia. Además, se identifica violencia intrafamiliar, separación de padres, deserción escolar, inserción temprana en el campo laboral, cultura basada en los extremos, prostitución y daño psicológico, sumándose al consumo de drogas y alcohol» (García Álvarez 2014: 3). A la par de lo que se indica en el mensaje precedente, en el Perú tenemos evidencias de múltiples dimensiones sociales, económicas, políticas que posibilitan el avance de la criminalidad, determinantes de diversa naturaleza, así como la falta de políticas públicas que aborden integralmente la problemática. El Censo Nacional Penitenciario efectuado el año 2016 por el INEI, nos permite argumentar múltiples dimensiones que condicionan la criminalidad en el Perú. Así, la mayor parte de los internos son jóvenes con edades entre los 18 y 29 años de edad, representan el 34,3% del total, la mayoría de ellos, el 87,6%, tienen nivel educativo de secundarios o menor. La mayoría de ellos, antes de ingresar al penal y antes de cumplir los 18 años, tenían familiares directos que consumía drogas y bebidas alcohólicas, sufrieron maltrato en su niñez por parte de sus padres o tutores, el 48,3% de ellos lo sufrió, o los padres del 33,4% de internos, consumían licor, e incluso drogas. Un porcentaje importante de los delincuentes se sentía discriminado por la sociedad, o en su zona o barrio convivían con pandillas, o tenían un 22 familiar que ya estaba preso, en su entorno social se cometían delitos. Toda esta evidencia pinta parte de esa cruda realidad en el país.19 Ervyn Norza-Céspedez y Giovanny Aurelio Torres Guzmán, de la Policía Nacional de Colombia, hacen un resumen de una serie de experiencias exitosas de intervenir y afrontar el delito, que se sustentan en adecuados análisis criminológicos, en análisis teóricos que respaldan políticas de intervención frente al crimen, ellos apuntan en: «i) Prevenir el crimen es más efectivo y menos costoso que rehabilitar, ii) prevenir no es incompatible con aplicar la ley sino complementario, iii) el crimen es multicausal pero existen factores determinantes, iv) las intervenciones deben ser integrales pero la actuación focalizada, v) mientras más temprana la intervención (prenatal, prescolar), mejor, vi) las intervenciones pertinentes en la familia y en la escuela son fundamen- tales, vii) el tiempo de intervención varía, pero es mejor si es prolongado, viii) la acción policial es crítica, aunque es más efectiva si se focaliza, ix) los procedimientos alternativos de sanción deben ser el estándar, x) la incapacidad debe ser excepcional (reincidencia y crimen violento), xi) la justicia restaurativa debe ser estándar para victimarios jóvenes no violentos, xii) la evaluación es costosa pero lo es más no hacerla» (Norza-Céspedez y Torres 2013:3). Solo el recuento de esta diversidad de aspectos de política pública a tener en cuenta en la lucha contra el crimen nos da argumentos de por qué es necesario teórica y prácticamente tener un sistema de información integrado. La teoría que ha posibilitado esas diferentes líneas de acción nos demuestra con claridad el requisito multidimensional de la visión del fenómeno, objetivo que esperamos alcanzar con la presente propuesta. Según Gary Becker (1974), Premio Nobel de Economía en 1992, la criminalidad como el conjunto de todas las violaciones, no solo los delitos graves - como, robo y asalto, que reciben tanta cobertura de los periódicos - sino también de la evasión de impuestos, el tráfico y otras violaciones. En términos generales, la criminalidad es una actividad económica y, sin embargo, en ausente y casi en total abandono por los economistas. El delito desde el punto de vista del análisis económico se origina de la idea utilitarista del individuo (economía neoclásica), el comportamiento de maximizar el beneficio y el equilibrio del mercado. Es decir, al igual que la división de la economía, la criminalidad tiene dos formas de abordarlo: «El enfoque microeconómico, donde se afirma que el delito es consecuencia de una elección racional de los individuos, donde, los sujetos que delinquen lo hacen en función de un análisis costo/beneficio y 19 Ver INEI (2016e): “Perú Primer Censo Nacional Penitenciario 2016”. Junio 2016. https://www.inei.gob.pe/media/MenuRecursivo/publicaciones_digitales/Est/Lib1364/index.html https://www.inei.gob.pe/media/MenuRecursivo/publicaciones_digitales/Est/Lib1364/index.html 23 de un proceso de maximizar las utilidades de los individuos racionales bajo incertidumbre»20. «Adicionalmente se tiene el enfoque macroeconómico, el cual relaciona el delito como variable global y otras variables agregadas. En otras palabras, desde el enfoque de la teoría económica se plantea la posibilidad de que un sujeto cometa un delito por parte del sujeto, examinando los beneficios que puede obtener al violar la ley y tras efectuar un análisis de costo/beneficio, solo en el caso de que los beneficios superen ampliamente los costos, probablemente el sujeto realice el delito, bajo el supuesto de que sus principios morales no sean un elemento de disuasión. Así, el castigo sería el precio, resultado del equilibrio entre demanda de seguridad y oferta de delito»21. Recapitulando, los seres humanos toman decisiones en los actos de su vida guiados por una conducta “racional”, especialmente en el plano económico. Acumulan información, evalúan la situación, establecen prioridades, seguridad, privilegian el mayor beneficio económico, sopesan las dificultades y costos, buscan maximizar sus beneficios. Considerando esto, en el mundo del crimen, la conducta “racional” de los individuos de cometer o no un delito, sigue la misma lógica microeconómica. El delincuente evalúa, sopesa la posibilidad de obtener una ganancia económica fácil mediante el crimen, y por cierto burlar la justicia. Opta por el crimen, porque conoce lo laxa y frágil naturaleza de las leyes. El criminal considera que la probabilidad de ser investigado, procesado o sentenciado es baja, por lo que burlar la ley es lo más confortable y óptimo desde su perspectiva. Por tanto, delinque y continúa haciéndolo. El “negocio” le resulta suficientemente “rentable”. Alimenta nuestro propósito lo señalado por Gary Becker (1974) en su obra “Crimen y Castigo: un enfoque económico”. En dicho estudio analiza la decisión racional detrás de los delitos. Fundamenta que el crimen se sustenta en el precio, cometer un delito es, casi siempre barato. Dentro de la racionalidad de la delincuencia, el fondo es maximizar su bienestar, toman decisiones de actuar en contra de la ley sopesando la posible pena y la posibilidad de burlarla. Si la probabilidad de ser procesado o sentenciado es baja, definitivamente la decisión es proclive al crimen. Becker, incluso señalaba que “existe una cantidad óptima de crimen” en cada sociedad. Debemos agregar, que no hay sociedad exenta del crimen. En el Perú, hoy, la evidencia señala que casi un tercio de pobladores de 15 y más años de edad, han sido víctimas de un delito, y solo un 14% de ellos denunciaron el hecho. Muchos delitos quedaron impunes, dando argumentos a la “industria” del crimen. Hay que persistir en una amplia campaña educativa en el hábito de la denuncia, que es una forma de actuar colectiva y permanentemente contra el crimen. De otro lado, más del 70% de la 20 De la Fuente, et al. (2011). Análisis econométrico de los determinantes de la criminalidad en Chile. Tomado de: http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0718-33992011000100007&script=sci_arttext#n3 21 Ibíd. 24 actividad delictiva lo constituyen los delitos patrimoniales: robo, hurto, principalmente. Sin embargo, solo el 42% de los internos de los penales, lo están por este delito, ¿qué pasó con el resto?. Deben estar libres u ocultos en la maraña de la administración de justicia. La delincuencia observa que la mayoría de hechos quedan impunes, sin castigo de la sociedad. Este hecho lo sopesa el infractor, sabe que el tiempo cuenta a su favor, incluyendo la débil actitud contra la reincidencia, son factores que facilitan el crimen, lo atizan. La tasa de homicidios en el país, se calcula en cerca de 7 muertes por cien mil habitantes. Si bien, es bajo a nivel de Latinoamérica, es impactante por la violencia de muerte que espanta a la sociedad. Además, las cárceles son escuelas integrales del crimen, se han convertido en centros de planificación y dirección del delito. Allí se organizan, se ordenan, se captan los aptos, especialmente menores inimputables. Es menos riesgoso y “menos costoso”, así funciona la “industria” del crimen, se suma a ello cientos de “burriers”, captados por el narcotráfico, por el dinero fácil del crimen organizado. La conducta racional delictiva en su máxima expresión, cual una decisión empresarial. La solución es elevar al máximo los costos del delito, subir el precio del crimen, de tal manera que la economía juegue su parte. La teoría señala que debe estudiarse el delito desde varios puntos de vista, analizando los distintos factores que inciden en la actividad delictiva, considerando el hecho como tal, el entorno de ocurrencia, de la víctima y el victimario. Pero sobre todo, considerando otras variables gravitantes o condicionantes del delito, como la cultura, lo social, el entorno, las economías ilícitas, las vulnerabilidades, las necesidades básicas y las condiciones de vida de las personas involucradas, entre otras variables que expresan la multicausalidad del delito. Hace un par de siglos atrás, Cesare Lambroso22, argumentaba la posibilidad de que la naturaleza posibilitaba la existencia del “criminal nato”, que presentaba la fosa occipital hundida, surgida desde las entrañas del nacimiento, ciertos hombres o mujeres, traían consigo ya la predisposición al crimen. Por supuesto que esta teoría ha sido completamente descartada. Sin embargo, el proceso meticuloso de búsqueda de ésas características, visto como cualitativo y cuantitativo, por Lam- broso, generó un avance importante de la medicina forense. Lo rescatable de este camino es la metodología de ir armando cabos de múltiples factores, que explicaran o que ayudaran a funda- mentar la teoría. En el siglo XXI, podemos afirmar que el análisis de la criminalidad y de la inse- guridad ciudadana, nos obliga a escrudiñar las múltiples dimensiones del fenómeno, en una visión constante que nos obliga a tener un sistema integrado de información que abone al propósito prin- cipal. 22 Médico austriaco (Viena, 1835). Escribió “El Criminal”, donde fundamentaba la existencia de criminales congénitos., teoría sin ningún fundamento científico. Sin embargo a él se debe haber logrado grandes avances en la antropología criminal, aportando al ejercicio de la justicia cuyas leyes iban a distinguir el hecho del criminal. 25 2. Marco teórico de los sistemas de información Generalmente las personas, empresas, instituciones de Gobierno, o agentes económicos en su interrelación con otras personas o instituciones no cuentan con información completa, integral, que abarque diversas dimensiones de análisis. Estas carencias no permiten una adecuada toma de decisiones en todo nivel, sea el de un gestor público, un directivo del sector privado, hasta el ciudadano común y corriente. Esto es muy evidente en los mercados financieros, los mercados laborales, en los temas de orden social, en la ciencia y tecnología, entre otros. «La utilización de la información para los procesos de toma de decisiones en cualquier ámbito de análisis por parte de las personas e instituciones, es un comportamiento que se ha repetido a través de toda la historia, hasta el punto de que resulta incuestionable que, el dominio del conocimiento, ha proporcionado garantías de éxito» (Sanso 2006: 210). Es más, en los últimos años, el empleo de sistemas de información y el involucramiento de personas no expertas en el uso de estas herramientas es cada vez más usual y gracias al desarrollo de softwares más amigables y menos costosos se ha vuelto una herramienta abierta al trabajo de la sociedad en general (Tudela et al. 2003). En ese sentido se hace necesaria la generación de información que sea confiable y oportuna. Pero mucha de la información a veces se encuentra dispersa y no forma parte de un sistema, lo que la haría más eficiente. Así, «un sistema de información es un conjunto de elementos que interactúan entre sí con el fin de apoyar las actividades de una institución, empresa o negocio» (Cohen y Asín Lares 2009: 5). También, se puede definir un sistema de información como un «conjunto de procedimientos, manuales y automatizados, y de funciones dirigidas al recojo, elaboración, evaluación, almace- namiento, recuperación, condensación y distribución de informaciones dentro de una organiza- ción» (Rodríguez y Daureo 2003: 29). Dadas estas definiciones podemos asociar el uso de los sistemas de información para la lucha contra la criminalidad. De esta manera podemos mencionar que los sistemas de información de criminalidad son registros administrativos de hechos posiblemente delictuales, esto permite conocer la situación y tendencias de la criminalidad en un caso específico (Dammert et al. 2010). Por eso la obtención de información y la generación de un sistema son indispensables para la lucha contra la criminalidad. No obstante, los sistemas de información de lucha contra la informalidad no están desarrollados o son incipientes como es el caso del Perú. De hecho, en mayoría de países de ciudades latinoamericanas existen escasas cifras que brinden información solida sobre los aspectos 26 comportamentales de los ciudadanos que intervienen en sus problemáticas urbanas, es decir, cifras detalladas y confiables sobre temas como homicidios, lesiones, violencia intrafamiliar y accidentabilidad vial, entre otros; a partir de esto se ha dado gran importancia al sistema de información (Mockus et al. 2012). Es entonces, en este escenario tan complejo, la necesidad de efectuar la construcción de un sistema de información de lucha contra la criminalidad. Dada la importancia de los sistemas de información y la relevancia que tienen ellos en la lucha contra la criminalidad, resulta más que crucial un manejo y gestión eficiente de este sistema. Así, se debería convertir en una política pública la lucha contra la delincuencia a través del uso de los sistemas de información. El acceso a la información hoy en día es “poder” al alcance del usuario, se ha atomizado su influencia, ya que no solo es orientado a empresas que generan información sino a cualquier campo, es por eso que hoy en día el interés de los gobiernos por promover y propiciar el uso de las redes de información y comunicación que garanticen el acceso efectivo de los ciudadanos a estas. En ese sentido, la lucha contra la criminalidad requiere de un repositorio de información, que permita tener la capacidad de extraer, depurar, y agregar datos de múltiples sistemas de información en un datamart o data warehouse independiente y así contar con in- formación resumida y examinada al detalle, rápidamente. «Los data warehouses están hechos para proporcionar una fuente de datos única para todas las actividades de apoyo para las tomas de decisiones, mientras el datamart es un almacén de datos especializado, orientado a un tema, integrado, volátil y variante en el tiempo para apoyar un subconjunto de decisiones de gestión. Es decir, la principal diferencia entre un datamart y un data warehouse es que el datamart es espe- cializado y volátil, especializado porque contiene datos para dar apoyo a un área específica de análisis y volátil porque los usuarios pueden actualizar los datos e incluso crear nuevos datos para algún propósito» (Date 2001: 710). A continuación se puede listar las características que se debe tomar en cuenta en todo sistema de información, en el cual a partir de ello se desarrolle la propuesta de un sistema integrado para el país. • «Disponibilidad de la información cuando es necesaria y por los medios adecuados: papel, pantallas interactivas, acceso remoto vía MODEM, entre otros. • Suministros de la información de manera selectiva: evitando sobrecargas e información irrelevante. Supone la sustitución de cantidad por calidad de información. • Variedad en la forma de representación de la información: el análisis de la información puede variar incluso simplificarse variando la forma de sus presentación, por ejemplo en el análisis de una tendencia mostrada únicamente de manera numérica o incorporándole un sencillo gráfico de líneas. 27 • El grado de inteligencia incorporado en el sistema: relaciones preestablecidas entre las in- formaciones contempladas en el sistema. • El tiempo de respuesta del sistema: diferencia entre una petición de servicio y su realización. • Exactitud: conformidad entre los datos suministrados por el sistema y los reales. • Generalidades: conjunto de funciones disponibles para atender diferentes necesidades. • Flexibilidad: capacidad de adaptación y o ampliaciones del sistema a nuevas necesidades. Un sistema de información no debe ser estático puesto que las necesidades de las organizaciones varían con el tiempo. • Fiabilidad: probabilidad de que el sistema opere correctamente durante un periodo de dispo- nibilidad de uso. • Seguridad: protección contra pérdida o uso no autorizado de los recursos del sistema (acci- dentales o no). • Reserva: nivel de repetición de la información para proteger de pérdidas catastróficas de alguna parte del sistema. • Amigabilidad para con el usuario: grado con que el sistema reduce las necesidades de aprendizaje para su manejo» (Gil Pechuan 1996: 27). La creciente demanda de información sobre la criminalidad y seguridad ciudadana en conocer los lugares de mayor concentración de incidencia delictiva y su tipología con mapas delictivos actualizados, correlacionada con las características demográficas, sociales y económicas de los presuntos victimarios como de las víctimas y del entorno social que se presenta en el país, obliga a construir sistemas de información que permitan manipular grandes volúmenes de información como son: los censos, las encuestas y los registros administrativos que produce el sistema de justicia penal. Para ello se tiene que buscar soluciones a partir de un sistema de información georeferenciada. «Un sistema de información geográfica o georreferenciada (SIG), se refiere a una colección de tecnología de información (equipos y programas) y procedimientos, que permiten el manejo de datos e información de carácter geográfico o espacial, y sus atributos relacionados. Los SIG son herramientas útiles y necesarias para la integración de información y su incorporación dentro del proceso de la toma de decisiones. Permiten superponer y analizar gran cantidad de datos provenientes de distintas fuentes, de acuerdo a un estándar y sistema de referenciación común, dentro de un contexto espacial y temporal» (Winograd 1998: 9-10). 28 En consecuencia, uno de los elementos presentes en el sistema de justicia penal es la ubicación geográfica de un suceso determinado o la jurisdicción a la cual corresponde. Por ejemplo, la dirección de la calle donde tuvo lugar un hecho delictivo y la ubicación del juzgado que condenó al victimario; con dicha información es posible construir en un SIG mapas digitalizados que sirvan como instrumento para el análisis de la delincuencia. Por ello, la integración del SIG en las aplicaciones de las estadísticas del delito permitirá mejorar la gestión, acelerar la recuperación y perfeccionar la presentación de los datos sobre la criminalidad y seguridad ciudadana23. Se debe tener en cuenta, que los sistemas de información permitirán, tomar buenas decisiones, siempre que las distintas fuentes de información existentes en el país sean de buena calidad. En ese sen- tido, se hace necesario contar con verdaderos registros estadísticos que permitan realizar agre- gaciones, cruces y combinaciones de los datos, en todas sus unidades de análisis, como pueden ser los delitos, las personas o expedientes en concreto. Una de las ideas de poder desarrollar sistemas de información eficientes con datos que permitan tomar buenas decisiones en el menor tiempo posible, intenta ser resuelto con el concepto de inteligencia de negocio o BI (por sus siglas en inglés: business intelligence). «Se entiende por business intelligence al conjunto de metodologías, aplicaciones, prácticas y capacidades enfocadas a la creación y administración de información que conlleva a tomar mejores decisiones a los usuarios de una organización. La implementación de un sistema de inteligencia de negocios posibilita crear un circulo virtuoso de la información; permite una visión única, conformada, histórica, persistente y de calidad de toda la información. También crear, manejar y mantener métricas como aportar información actualizada tanto a nivel agregado como en detalle, mejorar comprensión y documentación de los sistemas de información en el contexto de una organización; mejorar la competitividad de una organización permitiendo diferenciar lo relevante sobre lo superfluo, acceder más rápido a información y mayor agilidad en la toma de decisiones» (Curto y Conesa 2011: 18-20). Finalmente, podemos decir que «un sistema de estadísticas de seguridad pública y justicia puede definirse como el conjunto de información estadística en la materia, misma que, para el proceso de producción, manejo, análisis y difusión, requiere de la interacción y coordinación de institu- ciones y organismos que se encuentran vinculadas entre sí. Para tal fin, los integrantes del sistema deben compartir un marco metodológico homogéneo, fundamento conceptual y de definiciones, así como una clasificación uniforme y la información que generen, se dé a partir de registros administrativos o de encuestas, y considerada oficial en la materia y vinculada a los procesos de toma de decisión de política pública» (CEPAL 2014: 9). 23 Manual para la elaboración de un sistema de estadísticas sobre justicia penal, p. 32. 29 3. Marco teórico conceptual del sistema de información integrado en el Perú El Sistema de información integrado que se propone construir para el país se sustenta en un diseño conceptual que se oriente a la universalidad, cuyo objetivo es integrar las principales variables e indicadores que describen la criminalidad e inseguridad ciudadana íntegramente y en todo el país. Se pretende realizar un riguroso seguimiento a los distintos procesos que involucra la adminis- tración de justicia. Asimismo, el mayor objetivo se concentra en conocer, o acercarnos a conocer, el universo de la actividad delictiva en el país, con sus características, modalidades y frecuencias, considerando la particular intervención de los organismos que participan en la administración de justicia, del Ejecutivo y de los organismos autónomos: Poder Judicial y Ministerio Público. Llegar a conocer el universo de la actividad delictiva, es difícil. Existe multiplicidad de factores que lo impiden. Por un lado está la naturaleza de los delitos, muchos de ellos como la violencia familiar que son muy sensibles y no denunciados. El tráfico ilícito de drogas, la corrupción, el lavado de activos, la extorsión, que tienen diversas modalidades de ocultamiento. Así mismo, un porcentaje importante de delitos no son denunciados por la población, generando una gran cifra negra del delito, cuya magnitud o proporción son conocidos por los reportes de las Encuestas de Victimización, a través del indicador de la No denuncia. Las Encuestas de Victimización son las que más se acercan al universo de la actividad delictiva y nos ofrecen el mayor nivel posible de la criminalidad. Se acercan, pero no llegan a cubrir “toda” la actividad delictiva de un ámbito geográfico o un país, como el Perú. Por ello, es que las sociedades buscan minimizar con políticas públicas pro denuncia, la cifra negra del delito, es decir la proporción de delitos no denunciados por los ciudadanos. Estos actos que afectan a la sociedad y sus consecuencias, se desconocen, no ingresan al circuito de la administración de justicia, quedan impunes. «En la mayoría de los trabajos realizados acerca de la criminalidad en el mundo y en forma particular, en nuestro país, se asume que el nivel denuncias está directamente relacionado con el nivel efectivo de criminalidad que existe en la sociedad. Existen fundadas sospechas y argumentos de que esto no es así. En primer lugar, la cifra negra de delitos, es decir, la diferencia entre los delitos efectivamente acontecidos y las denuncias asociadas a éstos, puede no ser nula; ello debido a la existencia de elementos que impiden o desincentiven a la víctima a realizar la denuncia correspondiente. Estos elementos podrían estar relacionados con las características socioeconómicas de la víctima y/o a la percepción que esta tenga acerca de la eficacia y eficiencia del sistema jurídico policial que le rodea» (Benavente y Cortez 2006: 1). 30 En el Perú, la tasa sobre denuncias de los delitos no supera el 15% de las víctimas, en su mayor parte porque desconoce al agresor, porque es un delito de poca importancia, porque no se con- sumó el hecho, o porque desconfía de la autoridad. Son diversas las causas de la no denuncia que también debemos estudiar (INEI 2016f). Por ello es que en el análisis de la criminalidad no es suficiente una sola fuente de información. Se requiere una combinación de fuentes de informa- ción, Censos, Encuestas, y aprovechamiento con fines estadísticos de los registros sectoriales, que nos permitan acercarnos al universo de la actividad delictiva. Así, es necesario considerar cuatro aspectos centrales, en toda su linealidad: i) el hecho delictivo y sus manifestaciones en la geo- grafía y en el tiempo, ii) la víctima y sus características, demográficas, sociales y económicas, iii) el victimario y sus características demográficas, sociales, y económicas, y, iv) el tratamiento de la sociedad, el castigo, la pena y la rehabilitación. A todos estos procesos o etapas linealmente identificados con un código único, al tratarse de un solo hecho, debemos hacerle seguimiento. Para ello es necesario utilizar definiciones comunes, ámbitos geográficos y clasificaciones co- munes. Será la posibilidad de tener un buen instrumento de apoyo a la lucha contra el crimen, y todo ello en un solo lugar de análisis. A ello se agrega, el entorno social, económico, las políticas, la distribución poblacional, y otras variables conectadas. Tal el reto de un sistema integrado. El sistema involucra todas las instituciones del Poder Ejecutivo: Ministerio del Interior, Policía Nacional, Ministerio de Justicia, Instituto Nacional Penitenciario, Procuraduría, las Municipalidades y sus contingentes de seguridad o Serenazgo, la Superintendencia de Administración Tributaria, Superintendencia de Banca y Seguros, estamentos que tienen que ver con la prevención, atención de emergencias, combate al delito, y los órganos autónomos del Estado peruano involucradas en la administración de justicia, llamase Poder Judicial, Ministerio Público. Colateralmente otras instituciones como la Contraloría General de la República, la Defensoría del Pueblo. Como se aprecia hay múltiples actores, a los que se agrega la sociedad civil, las empresas y la población en general. Por ello es que la información tiene carácter multidimensional, que proviene y apoya a diversidad de actores y sectores, todos interesados en afianzar la paz social y estabilidad ciudadana. Ellos requieren de información pública que explique, en diversidad de ángulos, la problemática de la criminalidad en el país. La existencia del sistema tiene una visión de largo plazo, no solo por los procesos naturales del desarrollo de la sociedad y la particular mutación de la actividad delictiva, que cambia a medida que la sociedad también lo hace, porque los patrones de consumo, producción y desarrollo van cambiando la fisonomía de las familias, de la sociedad y por ello es necesario correlacionar permanentemente la actividad delictiva con los nuevos fenómenos económicos y sociales que 31 prefiguran las condiciones de vida de la población, sus costumbres y arraigos. Por ello es necesario considerar, esto, en los procesos sustantivos de registro y centralización de información por las diversas instituciones que participan en el sistema de justicia, y de aquellas que generan información, como es el caso del INEI, sobre las condiciones de vida de las familias peruanas, y de otras que directa o indirectamente tengan que ver con la criminalidad. Un aspecto sustancial que teórica y conceptualmente debe incluir el sistema que se plantea en el presenta trabajo, es relacionar el delito cometido con el espacio geográfico de ocurrencia de los hechos, considerando el origen y residencia de los actores, de la víctima o del victimario. Porque tras un análisis exhaustivo del espacio donde se despliegan los hechos o de donde provienen, se pueden orientar políticas de prevención y combate del delito. Es preciso generar una herramienta que permita el análisis espacial del delito, porque es un aspecto imprescindible en el mundo actual, que a su vez genere posibilidades de análisis de datos. Asimismo, se debe tener en cuenta que «si bien la identificación de puntos calientes debe apoyarse en métodos estadísticos y computacionales, también es necesario considerar las sugerencias de las autoridades policiales, debido a que ciertos puntos calientes pueden esconderse de algunos métodos cuando la población de puntos calientes es muy baja o puede haber información no observable dentro del análisis estadístico, pero sí conocida por el agente policial, que puede ser importante para clasificar un espacio como punto caliente (CAF 2014: 107) ». Toda la información que se produzca en el sistema debe estar conectada con el territorio, debe estar georreferenciada, entendiendo que este atributo es vital para el análisis y para la toma de decisiones. «La identificación de focos de delincuencia (Sherman, Gartín y