Abstract
El Perú, pasadas las últimas crisis de su historia, ha entrado en una etapa de crecimiento sostenido que ofrece la oportunidad para que emprendedores, nacionales y extranjeros, inviertan en los distintos sectores de la economía dejados de lado por años por el miedo al terrorismo y a una economía hiperinflacionaria. El sector salud no es ajeno a esta etapa de crecimiento sostenido,
durante años el gobierno no invertía como lo hace ahora, ya sea a través del Ministerio de Salud (Minsa) o a través del IPSS, hoy en día renombrado como Essalud; por años no se aumentaba sustancialmente la inversión pública ni privada en este sector estratégico, salvo honrosas excepciones. Sin embargo, la coyuntura económica por una parte y el sistema de seguros de las
Entidades Prestadoras de Salud (EPS) por otra parte, delimitaron un nuevo marco impulsando las inversiones en servicios de salud logrando que varias clínicas y centros médicos privados crezcan tanto en atenciones como en inversiones.